Madame X
Y su incómoda belleza.
“Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos” -Séneca-
Este relato está basado en el escándalo mayúsculo que provocó una pintura de John Singer Sargent retratando a Virginie Amélie Avegno Gautreau, la musa de ese retrato, y quien fue denigrada por la sociedad y por la crítica debido a la “libertad” que destila su pose en el cuadro.
El autor vio en la mujer a una belleza única digna de ser reflejada bajo el prisma particular de su pintura. Hasta ahí todo normal, el problema llegó cuando en esa sociedad clasista, puritana, y de pocas concesiones a los nuevos miembros, entraron la joven y el artista rompiendo moldes estéticos y culturales al plasmar a la mujer en un retrato en el que aparece con un vestido demasiado ajustado, de escote infinito y sin guantes, pero lo peor no fue eso si no que el pintor decide dejar caer el tirante del vestido sobre el hombro. Ese detalle y el tratamiento del artista en la composición fue el detonante de infinidad de críticas devastadoras tanto para el artista como para la modelo, a la que catalogaron de libertina e indecente.
Ambos sufrieron la brutal carga social, e hizo desequilibrar el futuro del artista y sometió a la modelo a un silencio social inaceptable.
Los rencores y las envidias saltaron hasta sus más profundas consecuencias.
Aquí te relato lo sucedido en aquél tiempo y el futuro de una obra que ha pasado a la posteridad más por la polémica asociada que por la grandeza de la obra.
Espero que la disfrutes y que a partir de este relato te interese conocer más sobre la obra de John Singer Sargent, un pintor que cabalgó entre el realismo y el impresionismo del momento y que fue muy prolijo en su producción como retratista.
Me despido con este relato hasta mi regreso en septiembre. Me voy de vacaciones. Espero que sigas el resto de episodios si nos los escuchaste y por favor, suscríbete a este podcast y obtén las novedades en tu bandeja de correo.
¡Un abrazo enorme!!
Cuídate mucho.
P. Paul